Un hospital, oscuro y silencioso. Allí estoy yo.
Una guapa, delgada y simpatica enfermera trae unos papeles que apolla en una bandeja.
Se acerca y dice: "Voy a hacerte una revisión". Mira el ritmo de mi corazón, la presión de mis sentimientos, el sangrado de mis emociones y retira los últimos puntos de sutura de mi capacidad de amar.
"Bueno, creo que estás listo para que te de el alta" y con una simple firma se acabó.
Por fin salgo de ese oscuro sitio, por fin vuelvo a sentir que soy yo, que estoy recuperado y que todo va bien.
Genial :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario