Poco a poco se hace la luz, el sol se asoma bajo un cielo encapotado de nubes grises, las ramas de los arboles luchan entre ellas, los animales huyen de lo que poco a poco está llegando... El invierno.
Cada día, cada hora, cada segundo la madre naturaleza está demostrando que se acabó el caer de hojas, el color dorado y la suave lluvia que apenas te humedece el pelo y que próximamente llegarán los fuertes vientos, las intensas lluvias y ese frio que te hiela los huesos y es imposible sacarlo de tu cuerpo.
En el ser humano pasa lo mismo: La alegría, la sonrisas constantes, el brillo en los ojos... Todo eso se va apagando poco a poco. Los sentimientos caen como las frágiles hojas, se vuelan y no vuelves a saber de ellos hasta que renacen en primavera...
Quizá el ser humano también debería tener una temporada de invernación, encerrarse en casa durante todo el invierno con la calefacción encendida y la manta cubriendote mientras bebes chocolate caliente y ves la televisión...
Pero, como bien me enseñaron, no hay que perder la esperanza, si tienes suerte, quizá nieve y eso... Eso es tan hermoso como un cálido beso bajo la lluvia, un abrazo a la luz de la luna o hacer el amor junto a una chimenea.
La nieve... Me deja sin palabras, me hace sentir como antiguamente.
"Maybe is time for miracles"
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